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7 Febrero 2014

Tumores de mama en mascotas

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Hoy en día los avances en medicina veterinaria han logrado que colegas y dueños de mascotas estén más empapados y con ello informados sobre las formas de prevenir enfermedades que complican seriamente la salud del animal.

La neoplasia mamaria, conocida popularmente como tumor de mamas es una de las afecciones más frecuente que se presentan en la clínica diaria y si bien los primeros indicios de la enfermedad muchas veces son encontrados por los dueños de la mascota, en general se ignora que ésta pudo ser evitada o casi evitada de haber actuado en el momento indicado.

 

 

¿Cuales son los pacientes con más riesgo?

El tumor de mamas es la enfermedad tumoral que más se presenta en perras. De hecho algunos estudios sugieren que de la cantidad de tumores que se presenta en perras, casi el 50% son de origen mamario.

Aunque puede aparecer en machos, su incidencia es mucho menor al igual que en gatas y gatos.

Su desarrollo está muy emparentado con la edad de los pacientes, siendo entre los 8 y 11 años la edad de mayor frecuencia.

Su aparición se da en cualquier raza y sus cruzas, aunque algunos investigadores sugieren que el Caniche, Fox Terrier, Setter, Pointer, Spaniels y los Retrievers son razas más predispuestas.

En los casos que se presenta esta afección, la incidencia de malignidad de estos tumores aparece en el 50% de los casos aproximadamente.

¿Por qué aparece?

Al igual que muchos procesos tumorales, los factores que determinan la aparición de este tipo de tumor no está del todo clara.

Existen líneas de investigación que generan controversias dentro del tema y no es el objetivo del artículo entrar en detalle al respecto.

De forma resumida podemos señalar que el desarrollo de pseudogestación (embarazos imaginarios), la administración de drogas anticonceptivas, el tipo de alimentación que recibe la perra y algunas sustancias químicas son factores que están en discusión como posibles facilitadores del desarrollo de la enfermedad.

Si parece haber consenso en otros aspectos. Su aparición es más probable en el entorno de los 8-10 años de edad y tanto caninos como felinos enteros (no castrados) tienen más riesgo de desarrollarla que los castrados a edades tempranas.


Síntomas más frecuentes

Aunque muchas veces el hallazgo de masas en las mamas del paciente es de forma accidental tanto por parte del dueño como en exámenes de rutina, los signos que podemos evidenciar son:

          Masas de diversos tamaños (pocos mm hasta varios cm) y formas que conviven en la zona donde se encuentran las glándulas mamarias. Pueden ser únicas o múltiples encontrándose con mayor frecuencia en las mamas que se encuentran más cerca de los miembros posteriores.

–          Aumento del lamido por parte de la perra de la zona afectada.

–          Dificultad para acostarse.

–          Lesión que se asemeja a una herida en la mama.

–          Miembros posteriores aumentados de tamaño.

–          Dificultad para desplazarse.

–          Decaimiento.

          Tos.

De todos modos los síntomas pueden no ser tan fáciles de detectar y por ello es recomendable acudir a su Veterinario para que sea evaluada en consultas de rutina.

Una vez que se establezca el diagnostico, será el profesional actuante quien establezca el tratamiento correcto acorde al paciente.

¿Se puede prevenir?

Si bien no sabemos a ciencia cierta los factores responsables de su aparición, si sabemos que actuando en la etapa correcta, esta enfermedad es sorprendentemente evitable.

Según estudios si se castra a la perra antes del primer celo, el riesgo de desarrollar estos tumores es de 0,05%, entre el primer y segundo celo la probabilidad es de 8% y 26% luego del tercer celo.

Algunos sugieren que luego del quinto celo, no hay evidencia del efecto.

Esta información muchas veces se desconoce y por ello debe asesorarse con su veterinario.

También existen todo tipo de mitos que establecen que la perra debe ser madre para que se comporte mejor en el futuro. Esta aseveración no tiene sustento científico, lo único que hace es dilatar la consulta y la oportunidad de prevenir la enfermedad.

Si por diferentes motivos castrar a la perra no es una opción, ello no significa que será candidata cantada a desarrollar cáncer, simplemente tiene más probabilidades que las que fueron castradas a tiempo.

Castrar o no a la mascota genera dudas en muchos dueños, ella brinda beneficios y puede generar algunos inconvenientes que deberán ser evacuados con un profesional.

Lo que debe quedar claro es que esta enfermedad se puede prevenir y para lograrlo solo debemos actuar a tiempo.

Dr. Pablo "Ruso" Sehabiaga (25 Posts)

// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).


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