Ya hablamos de algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de entender el comportamiento de nuestros gatos en casa. Uno de ellos hacía referencia a algunos aspectos a tener en cuenta para lograr el éxito de que nuestros gatos orinen y defequen en la bandeja sanitaria.
Dentro de los problemas de comportamiento que puede presentar un gato, la marcación con orina o aspersión urinaria es el más común en cuanto a incidencia y debemos diferenciarlo de un comportamiento de eliminación de orina normal pero en lugares inadecuados que no busca otra cosa que realizar una evacuación fisiológica. Este problema en próximos encuentros lo trataremos más en profundidad.
Definición:
El marcaje con orina se define como la eyección de un volumen considerablemente menor a cuando vacían la vejiga (aproximadamente 1 mililitro) en forma de lluvia o como un chorro sobre una superficie que en general es vertical. No obstante, también se puede dar en menor medida en superficies horizontales, dejando en estos casos restos de orina en forma de una línea más o menos recta.
El gato adopta una posición bastante conocida por nosotros, colocando la parte posterior de su cuerpo contra objeto o pared escogida y manteniendo la cola elevada expulsa la orina hacia atrás y hacia arriba en forma de aerosol.
Su presentación es mayor en gatos machos que no han sido castrados, lo siguen las hembras que tampoco lo fueron y luego aparecen porcentajes menores en machos castrados y hembras castradas ( 10 y 5 % respectivamente)
¿Qué determina su aparición?
Los factores que están involucrados en la aparición de este comportamiento son múltiples, pudiendo algunos estar presentes y otros no, o estar todos involucrados.
Podemos resumirlos en:
1- Depende en gran medida del efecto de las hormonas masculinas sobre el animal, por ello se da más en machos cuando llegan a la madurez sexual (aproximadamente 6-9 meses).
El hecho que aparezca también en hembras responde a que los estrógenos (hormonas sexuales femeninas) también juegan un papel en el desarrollo de la conducta y por ello se presenta durante el celo.
2- Aparece por factores externos, especialmente por estímulos olfativos y visuales procedentes de otros gatos. De hecho existen estudios que indican que en grupo de gatos de 10 o más integrantes, la probabilidad de que uno de ellos muestre la conducta en algún momento es de 100%.
3- Situaciones que desencadenan una respuesta de estrés o ansiedad en al animal pueden predisponer a un aumento de su aparición. Se ha visto que es frecuente cuando los animales se encuentran en un ambiente desconocido o cuando se introduce un cambio en su rutina como un nuevo miembro de la familia (sea éste una persona u otro animal), reformas, mudanzas, objetos nuevos y presencia de gatos en la zona entre otras.
Las reformas o mudanzas llevan a la pérdida de señales faciales del gato residente (aquellas que realiza frotando sus mejillas contra objetos). Estas señales le dan al gato la sensación de un ambiente amigable y tienen además un efecto tranquilizador que evita la aparición del comportamiento problema.
Se demostró que la conducta de marcaje aparece al eliminar más del 70 % de las marcas faciales.
Un dato a tener en cuenta dentro de este punto es que los aparatos eléctricos al ser encendidos y generar calor cambian el olor de la marca, llevando a que sean rociados nuevamente.
¿Qué función cumple?
Antes que nada debemos saber que la orina es un mecanismo de comunicación entre los gatos, ellos pueden discriminar entre una orina individual conocida y desconocida.
Cumple funciones de reconocimiento, delimitación territorial y establece un patrón de olores conocidos por el gato que la emite para sentirse más “a gusto o en casa”.
Es una manera de distribuir sus olores a través de sus feromonas para organizarlo y defenderlo.
También cumple la finalidad de atraer a las hembras en el caso de los machos y atraer a los machos en el caso de las hembras, más que nada durante el período de celo
De todos modos, el hecho de que nuestros gatos muchas veces marcan en toda la casa y no en la periferia de la misma, ha llevado a investigadores a buscar factores más complejos que la delimitación territorial.
El territorio de los gatos esta dividido en distintas aéreas funcionales donde cada una de ellas tiene un interés particular. Existen zonas distintas con propósitos distintos que convergen en múltiples puntos en común. En estas zonas de intersección ellos comunican su presencia a otros gatos vecinos y a su vez brinda información para evitar el contacto directo si fuera necesario.
Cuando se encuentran con otros gatos, aparece una conducta de ansiedad que termina desencadenando el marcaje urinario. Es por ello que muchas veces rocían nuestras ropas, no por actos vengativos, sino porque asocian el olor con momentos estresantes producto de castigos anteriores o por tener olores que generan en ellos estados de ansiedad y tratan de apaciguarse rociándolo de nuevo para establecer nuevamente “su olor”, provocando así un círculo vicioso interminable
¿Cómo sabemos si nuestro gato tiene este comportamiento?
En general es conocida la forma que adopta el animal para realizar el marcaje, pero de forma resumida este comportamiento comienza con el gato olfateando la zona a rociar, en general una superficie vertical aproximadamente a 30 cm del piso. Una vez allí, éste se da vuelta levanta la cola y rocía la zona deseada.
Los lugares más utilizados para tal fin son las paredes, puertas, muebles, cortinas, ropa, electrodomésticos, ventanas, etc.
Otro factor que es imposible no dejar de mencionar es el fuerte olor que desprende la orina. Producto de componentes celulares, químicos y hormonales, la orina destinada al marcaje genera en nosotros un olor fuerte, desagradable y penetrante que muchas veces producto de la convivencia con este olor de forma crónica, no nos damos cuenta y necesitamos simplemente la visita de alguien ajeno a casa como para tomar conciencia de este problema.
Si entendemos que nuestro gato está manifestando este comportamiento, lo ideal es asesorare con un Profesional Veterinario ya que esta conducta tiene que ser diagnosticada luego de descartar otro tipo de problemas de origen comportamental y orgánico.
Muchas veces el marcaje es solo uno de los síntomas más notorios, pero el gato además muestra maullidos, arañazos, ansiedad o estrés. Esta situación debe ser evaluada por un profesional ya que los tratamientos son distintos dependiendo del caso.
¿Existe tratamiento?
La respuesta es sí. En general una vez diagnosticado este problema y planteado el tratamiento que se adecua mejor al gato, la mayoría de los casos se resuelven con éxito.
Como las causas que llevan al desarrollo de esta conducta son múltiples, el tratamiento también lo es.
Muchas veces si la causa que lo provoca desaparece, el problema se resuelve espontáneamente en un número reducido de pacientes, de no ser así el problema persiste y puede llegar a terminar en un estado de ansiedad generalizada que afectará el bienestar tanto de nuestro gato como de nosotros.
El punto más importante a tener en cuenta consiste en modificar el ambiente que llevó al desarrollo del problema, dependiendo de los espacios y rutinas de cada uno, etc, de forma tal de brindarle al gato ambientes predecibles, amigables y tranquilos.
Es necesaria la consulta Veterinaria para establecer el diagnóstico correcto y aumentar el éxito del pronóstico.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
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