En el artículo anterior empezamos a desarrollar todas las armas que el perro utiliza para comunicarse con sus pares y nosotros.
Dentro del complejo sistema de comunicación, nos habíamos interiorizado en las señales olfativas y auditivas, restando las visuales.
A continuación describiremos algunos aspectos a tener en cuenta sobre la expresión de este tipo de señas para luego reagruparlas y llegar a una interpretación más profunda de lo que nos quiere decir nuestra mascota.
Señales visuales
Quizá éste sea el medio de comunicación que mejor podemos interpretar aunque muchas veces no suele ser tan lineal como creemos y la combinación de posturas es tan o más amplia que un campeonato de cine mudo profesional.
Podemos simplificar entonces las distintas posturas que el animal adopta dividiéndolo en secciones, pero sin olvidar que ellas toman sentido si se entienden como un todo y no de forma aislada.
Orejas
Lamentablemente en algunas razas se sigue practicando el corte estético de orejas como requisito fundamental para expresar de forma “pura” la sangre pedigree del individuo.
Personalmente creo que es innecesario ya que además de interferir con el sistema de señas para transmitir información, predispone a enfermedades auditivas entre otras.
Las orejas paradas pueden ser traducidas como interés por algo en concreto o si se acompaña de gruñidos o exposición de sus dientes con un posible ataque.
Las orejas dirigidas hacia atrás se asocian a estados de duda, miedo o cierta actitud sumisa frente a otro individuo.
Cola
La misma consideración que hicimos en relación al corte de orejas va para la práctica de amputar la cola. De hecho algunos estudios indican que los perros con la cola amputada ladran con mayor frecuencia e intensidad que los perros sin dicha amputación.
Si bien la posición de la cola tiene múltiples variantes, alguna de ellas deben ser reconocidas e interpretadas.
La cola elevada significa cierta autoridad y confianza en sí mismo, que de manifestarlo en grupo y no en soledad puede interpretarse como un animal de rangos jerárquicos elevados.
Cola ligeramente baja pero distante de las patas traseras se interpretan como una cierta tranquilidad frente a la situación en cuestión.
Cuando la cola está entre las piernas nos indica inseguridad y en algunos casos miedo. Un perro con la cola “entre las patas” puede ser tan o más agresivo que un animal dominante si la situación no cambia y se ve obligado a actuar.
La mirada en los perros resulta fundamental. El dicho que establece la capacidad de “oler” el miedo se origina en gran medida justamente en este ítem.
Cuando un perro mira fijo a otro perro o persona significa que quiere imponerse sobre el otro y si no lo logra es posible que se establezca un desafío derivando – si la situación no cambia- en el puntapié inicial de un conflicto.
Nosotros cuando tenemos miedo inconscientemente miramos al perro ya que estamos atentos al posible ataque, lo que dista enormemente de lo que el perro atacante quiere de nosotros. Éste nos gruñe, muestra los dientes, etc. y lo que recibe a cambio es una mirada fija a los ojos, dando a entender que no aceptamos o entendemos el mensaje y por consiguiente queremos el conflicto.
Cuando los ojos están semi cerrados y en dirección contraria al animal desafiante, podemos interpretar la predisposición a evitar el conflicto.
Boca (hocico)
La boca cerrada pero con los labios flexionados enseñando los dientes es una señal inequívoca de amenaza, pudiendo establecerse como la primera señal previo a un ataque si previamente además el animal gruñe.
La boca entreabierta, los labios levantados enseñando los incisivos y el hocico fruncido comprenden la segunda señal de amenaza. Si se presiona al perro éste responderá con un ataque.
Si al conjunto de señales antes mencionado le sumamos la exposición de las encías, o sea retrae los labios en su totalidad, estamos ante un ataque inminente.
Si tenemos la mala suerte de enfrentarnos ante esta situación, nunca debemos salir corriendo. El perro se encuentra en un estado de tensión extremo y ante cualquier movimiento iniciará el ataque.
Es recomendable bajar la mirada, no intentar calmarlo con una sonrisa (el perro no sabe que la risa se utiliza para disminuir tensiones en situaciones conflictivas , al contrario, el perro solo entiende que exponemos los dientes producto de la risa y será tomado como desafío) y retroceder con lentitud.
El bostezo en los perros no tiene el mismo significado que en las personas, o al menos no solo se manifiesta cuando se aproxima o finaliza el tiempo de descanso.
También indica cierto grado de estrés y tensión por lo que debemos prestar atención al entorno cuando lo haga. No es recomendable exponer al animal cuando bosteza a situaciones que aumenten el estrés o disparen la tensión hacia posibles ataques.
Cuerpo
Quizá las posturas que utiliza el perro para comunicarse nos resulte a todos más práctico y familiar. De hecho las expresiones corporales son la sumatoria de las señales antes mencionadas y algún detalle más.
La forma y señas que adoptará el animal van a depender del factor que las inicie y la situación en donde se encuentre.
Dividiremos entonces las posturas corporales en situaciones de juego, alerta, relajado, jerárquico o dominante, sumiso o subordinado y agresividad ofensiva y defensiva.
La postura de juego es fácilmente reconocible y consiste en dirigir y mantener la cabeza, pecho y patas delanteras contra el suelo y mantener las patas traseras y cola levantadas.
Cuando un animal se encuentra relajado las orejas están elevadas pero no dirigidas hacia adelante, la posición de la cabeza es elevada, la boca puede estar entreabierta, la cola se sitúa en posición baja y el animal se encuentra de pie.
El estado de alerta se traduce en un perro parado y ligeramente dirigido hacia adelante, con las orejas que también se disponen hacia adelante, la boca se encuentra cerrada, los ojos están abiertos al extremo y la cola se encuentra levantada.
Un perro dominante incluirá en su postura las extremidades completamente extendidas, la cola levantada y orejas dirigidas hacia adelante. Muchas veces éste sitúa las patas anteriores sobre el lomo de un animal de menor rango o incluso muerde su hocico. Es común que acepte que otro perro le lama los labios.
Las posturas de un perro subordinado en presencia de un perro de mayor rango jerárquico van a ir desde extremidades flexionadas, orejas plegadas hacia atrás y la cola recogida.
Pueden tirarse al piso y mostrar su vientre y zona inguinal separando sus extremidades posteriores
En los episodios agresivos, los perros adoptaran diferentes posturas de acuerdo al tipo de agresividad que esté en curso.
La expresión de una u otra dependerá del tipo de agresividad que este en juego. Las de tipo ofensivas comprenden entre otras a la agresividad jerárquica, territorial y entre perros, mientras que la defensiva comprende a la agresividad por miedo como más importante.
Durante la agresividad ofensiva, aquella en donde toma la iniciativa en el ataque observaremos una postura clásica de perro dominante sumando a su repertorio la exposición de dientes, pelos del lomo erizados y en general tiende a separar los miembros posteriores.
A la inversa, cuando la agresividad es de tipo defensiva el perro adoptara alguna o todas las posturas clásicas de un animal subordinado o sumiso pero se le agrega la exposición de dientes con una marcada retracción de los labios, evitara el contacto visual directo y según algunos autores levantara los pelos del lomo solo cerca de la cabeza y la cola.
Para concluir y a modo de sugerencia es sumamente importante interpretar el lenguaje corporal de nuestra mascota junto con su médico veterinario. Muchas veces las señales que el perro adopta son ambiguas, o sea, varían de acuerdo al motivo que las provoca, cambian de un momento a otro y no siempre son del todo fiables, siendo entonces peligroso concluir lo que nos quieren decir y actuar en consecuencia.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
Desarrollado con Bokeh Pro para WordPress