Seguramente la mayoría de nosotros hemos escuchado alguna vez a aquellos viajeros que afirman la existencia de un lenguaje universal para relacionarnos con personas de distinto idioma.
Señas, risas, miradas, cine mudo, etc. son recursos utilizados la mayoría de las veces con cierto éxito para lograr expresar lo que queremos.
El vínculo estrecho que tenemos con nuestra mascota puede ser incluso mayor que con un familiar directo, pero si no sabemos interpretar el diverso sistema de señales corporales que utiliza para comunicarse, es más probable que logremos una charla profunda con un noruego que vivir en armonía con nuestro amigo/a.
Los perros no utilizan el lenguaje verbal como método principal de comunicación entre sus pares. El lenguaje corporal es el que toma protagonismo en ellos y por ello debemos conocer e interpretar su significado.
Esto no quiere decir que los perros no logren interpretar algunas indicaciones y actuar en consecuencia. Obviamente entienden la palabra pero no su significado, esto quiere decir que entiende que debe sentarse luego de decirle “sentado”, pero no por entender el significado de la palabra en si misma, sino por el tono, la intensidad y los movimientos que realizamos al hacerlo.
Podemos usar palabras como «eclipse», «inflación», «lateral derecho» y el perro se sentará si su acción, luego de expresarla, le resulta beneficiosa.
Comunicación
Los perros al igual que otras especies son animales gregarios. Esto implica por ende la necesidad de establecer complejos sistemas de comunicación para lograr una normal convivencia en grupo.
Tanto las señales olfativas, auditivas como visuales serán las encargadas de traducir lo que los perros quieren expresar.
El olfato se utiliza mas que nada para decodificar olores presentes en la orina y en menor medida para la materia fecal y glándulas anales.
Algunos autores sugieren que el marcaje, o sea, la eliminación de orina de poco volumen levantando una de las extremidades posteriores puede ser también una señal visual ya que muchas veces los perros realizan este comportamiento sin eliminar orina.
Los machos lo realizan con mayor frecuencia y dentro de éstos los de mayor rango jerárquico serán los más propensos a manifestarlo.
Cuando defecan se elimina el contendido de las glándulas anales. Ellas contienen feromonas que pueden ser importantes para el reconocimiento de cada individuo, o sea la carta de presentación de cada uno. En general los de mayor rango la exponen y dejan que otro individuo la huela mientras que los de menor rango mantienen la cola recogida.
Se sugiere también que al igual que el lobo, la materia fecal puede transmitir cierta información a un desconocido, de hecho los lobos lo hacen en sus límites territoriales para informar al visitante.
Señales auditivas
La comunicación auditiva comprende al ladrido, gruñido y gemido entre los más comunes.
Ladrido
Los perros ladran más que los lobos y algunos piensan que esto se debe al resultado de la domesticación de los primeros.
Lo que si está claro es que ladran con una frecuencia e intensidad que varía conforme la situación que el animal experimente. Podemos reconocer ladridos para llamar la atención, para saludar, invitar al juego o previo a un evento agresivo.
La causa principal del ladrido es la presencia de extraños en su territorio. De hecho, desde los comienzos de la domesticación este atributo era valorado y deseado.
Algunas investigaciones han logrado establecer el tono, frecuencia y duración del ladrido y asociarla a determinadas situaciones.
Así un ladrido continuo, rápido y de tono medio se asocia a la entrada de alguien a su territorio.
Ladridos rápidos pero que se detienen y se retoman a los 3-4 segundos también se asocia a la presencia de alguien y se le suma el interés de sumar adeptos a la causa, o al menos que alguien investigue.
Ladridos que se entrecortan se pueden interpretar como invitación al juego y ladridos continuos, de todo bajo y lentos se asocian a un posible ataque posterior.
De todos modos, el ladrido debe ir acompañado con señales corporales. Esto significa que las posturas que el animal adopte a la hora de ladrar serán en definitiva la que ayuden a entender el ladrido en cuestión.
Gruñido
Sin dudas este sonido es conocido por todas las personas que tengan o no perros en su entorno más cercano.
En general – y esta bien que así sea- este sonido se asocia a un ataque inminente. Sin embargo durante el juego existe también un gruñido similar al utilizado previo a un ataque y reconocerlo dependerá de otras posturas que acompañen el acto lúdico.
Los gruñidos pueden ser de tono bajo, tono alto, con ladrido posterior y con la exposición de los dientes al mismo tiempo.
Los gruñidos con tonos bajos se relacionan a una amenaza, siendo conveniente dejarle espacio al perro.
Los gruñidos que terminan en ladridos de bajo tono pueden indicar un ataque inminente si se insiste con la postura que origina el comportamiento.
Los gruñidos que acompañan la exposición de dientes indican un grado de agresividad elevado y un final poco feliz si se enfrenta al animal.
Gemido
Este tipo de sonido es habitual en cachorros, siendo el llamado de atención a su madre el principal objetivo.
Cuando son adultos este sonido se ve potenciado si luego de manifestarlo logra ciertos objetivos, como por ejemplo el alimento.
No obstante el dolor o miedo pueden concluir con gemidos intensos.
En el próximo artículo aprenderemos a reconocer las señales visuales que utilizan para poder comunicarse. Posiciones de orejas, cola, mirada y la forma que adopta el cuerpo son las principales. También veremos la manera de actuar frente a distintas posturas corporales del perro.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
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