En el artículo anterior hablamos sobre los tipos de agresividad que existen en los perros y desarrollamos la agresividad jerárquica en profundidad.
En los gatos, su relación con sus pares y con nosotros es distinta a la de los perros, no existe un orden social tan establecido como en los caninos y por lo tanto la agresividad cuyo origen puede ser la confusión en cuanto al mandato del grupo no se desarrolla. Pero al contrario de lo que muchos piensan, si existe agresividad hacia las personas, pero de origen muy distinto.
Los tipos de agresión felina, en general están dirigidas hacia personas que viven en la casa y hacia otros gatos que viven dentro o fuera de la casa.
Al igual que en el caso de los perros, las causas que provocan la agresividad pueden ser puramente de origen en conductas inadecuadas o pueden ser por enfermedades orgánicas que llevan a que el gato se muestre irritado y agresivo.
Es por ello que necesariamente debe ser evaluado por un profesional antes de pensar que nuestro gato tiene un problema personal con nosotros.
Dentro de las causas de origen comportamental podemos clasificarlas como:
– agresión redirigida
– agresión relacionada con el juego
– agresión relacionada con miedo
– agresión relacionada con caricias
– peleas entre machos
– agresión territorial
Hablaremos de las que son más importantes o frecuentes, quedando abierta la posibilidad de consulta sobre las otras.
AGRESION REDIRIGIDA:
Este tipo de agresividad aparece cuando hay un estimulo que es el responsable de la conducta agresiva, pero no es accesible para el gato, de forma que éste dirige su agresión hacia un objeto o estímulo alternativo, que en la mayoría de las veces resulta ser una persona.
Los ejemplos son varios. Puede ser que el gato este siendo acariciado por su dueño y un sonido de timbre, ambulancia o algo que lo irrite aparezca en escena y al no poder acceder a ella, se la agarre con nosotros. Otro ejemplo frecuente es cuando llegamos a casa con olores de otros gatos en la ropa o cuando nuestro gato ve por la ventana a otro gato y no puede acceder a él.
Lo que repiten los dueños es que el gato lo atacó sin razón aparente, de forma impredecible.
Si exploramos más en detalle a veces llegamos a recordar qué pasó en el momento previo al ataque o incluso puede pasar que nuestro gato tuvo una pelea con otro gato, nosotros lo separamos y redirigió el ataque hacia nosotros.
La clave en estos casos es identificar los posibles detonantes. Cuando nuestro gato muestra signos de irritabilidad, lo mejor es no interactuar con él.
Si los factores son identificables pero difíciles de evitar, es recomendable una consulta profesional para aplicar técnicas que modifiquen la forma de percibir esos factores por parte del gato para que sean beneficiosos y no irritantes
AGRESION RELACIONADA AL JUEGO:
Este tipo de problema comienza siendo gracioso y hasta estimulado por los dueños, pero luego de un tiempo pasa a ser molesto. El gato acosa, muerde y araña a una persona en movimiento como si estuviese jugando. En general es llevado a cabo por un gatito o gato en edad juvenil.
Este tipo de conducta puede aparecer cuando existe una privación del juego debido a que el gatito esta solo todo el día. Michas veces los fines de semana esta conducta disminuye ya que el gato tiene otros estímulos debido a nuestra presencia más prolongada.
Los gatitos huérfanos que han sido criados a mano por personas también están más predispuestos ya que solo se relacionaron con ellas y entienden que el juego es solo con ellos.
Podemos mejorar la situación de varias maneras.
1. Si estos ataques ocurren cuando llegamos a casa, debemos evitarlos. Podemos colocar al gato en otra habitación donde no pueda producir los ataques durante un par de horas. No es bueno jugar con nuestras manos o pies, ya que entienden que son parte del juego y luego seguirán buscando el juego de ese modo. A veces es bueno llevar pequeños juguetes o pedazos de papel en los bolsillos de forma tal que cuando el gato se acerque, tiremos los juguetes al piso y éste dirija su atención hacia el juguete en lugar de atacarnos.
2. Debemos establecer periodos de juegos regulares y apropiados usando juguetes apropiados; pelotas, ratones, objetos colgando suelen gustar y entretienen al animal. Estos momentos de juego pueden ser de 1 o 2 veces al día y deben realizarse lejos de las manos y pies.
3. Si las agresiones continúan, se puede sumar algún tipo de castigo remoto. El ejemplo que más funciona es rociar al gato con agua con una jeringa en los momentos previos al ataque de forma tal que el gato asocie la conducta con un evento desagradable. La clave es que no sepa de donde viene el agua para que funcione mejor.
De todas maneras, este tipo de conducta, disminuye considerablemente con la edad del gato.
AGRESION PROVOCADA POR CARICIAS:
Esta conducta es muy particular en el gato y no se sabe su origen ni tampoco se ha encontrado una cura. Aparece cuando el gato esta siendo acariciado con suavidad por una persona y, sin aviso, el gato gira y muerde o araña a quien lo estaba acariciando.
En general los que llegan a consulta con este problema son los dueños que más mimos le dan al gato. Lo que resulta muy particular es que el gato avisa del ataque pero los dueños no se percatan.
Luego de unos 30 segundos o minutos, el gato comienza a mover la cola y sus orejas se pliegan hacia atrás. Luego puede clavar las uñas en las piernas del propietario o muerde sus brazos o piernas.
Pero el problema es que el dueño al ver estos signos aumenta la intensidad de las caricias con el objetivo de calmarlo y apaciguarlo, aumentando así la posible agresión. La mejor explicación para esta conducta parece ser que los gatos tienen tolerancia limitada para ser acariciados.
Lo único que podemos hacer en estos casos es entender que las señales que nos da el gato antes de atacar no son para pedirnos más mimos, sino todo lo contrario. Cuando aparezcan estos signos, simplemente debemos dejarlo ir.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
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