Antes de meternos de lleno en este tema es necesario aclarar algunos puntos que creo conveniente.
Es evidente que resulta imperioso lograr un buen relacionamiento entre nuestro perro y el bebé, ya que las repercusiones de este problema pueden ser peligrosas.
De todos modos la resultante normal de esta nueva convivencia en general es adecuada, equilibrada y hasta amistosa. Esto no implica que siempre sea así por lo tanto me parece adecuado profundizar y explicar la manera que tienen nuestras mascotas de interpretar llegada del nuevo integrante y así, será muy fácil influenciar positivamente en esa relación.
Cuando nace un bebé es obvio que nuestras rutinas, el paisaje del hogar, los sonidos y el tiempo para el perro cambian. En este punto no hay nada que hacer al respecto ya que no pretendo que un nacimiento pase a segundo plano en la familia.
Ahora bien, nosotros con un poquito de dedicación y tiempo podremos hacer que el perro también entienda que este nuevo integrante es de las cosas más importantes y positivas que le pudo pasar.
Muchas veces antes de nacer el bebé, el perro es el centro de atención familiar que deriva en juegos, mimos, paseos y hasta lugares protagónicos a la hora de mirar televisión. Pero todo ello (o la mayoría) se ve trastocado o incluso desaparece justo en el momento que llego el nuevo integrante, parecería lógico pensar que el culpable de ello es el bebé.
Si se le suma nuestro cambio a la hora de interactuar con él producto de temores justificados que se traducen en NO, SALÍ, OJO etc etc.. el perro seguirá sumando motivos para no enamorarse mucho de la causa bebé.
Por último y para completar, esta ignorancia y/o rezongos se producen cuando el niño está en su campo visual , pero cuando éste se va (ya sea a dormir, comer, etc.), toda nuestra atención y mimos vuelven al perro. Ergo, evitemos que este bebé siga en esta casa. Lamentablemente las armas o métodos que utilizan para ello muchas veces pueden terminar en verdaderas tragedias.
Entendido este punto, deberíamos intentar que nuestro perro sólo reciba atención, comida, mimos, juegos o lo que se nos ocurra en presencia del bebé y cuando éste no está presente el perro será duramente ignorado y no recibirá ningún beneficio por la ausencia del niño.
Sin embargo la llegada del bebé no solo implica la presencia física en casa, sino que trae consigo ruidos, olores, juguetes, nuevos artefactos y hasta nuevos horarios. Por ello, el trabajo de habituar al perro a la llegada del bebé lo podemos empezar antes que nazca.
Por lo tanto dividiremos los consejos en: Antes del nacimiento, durante el nacimiento y finalmente la llegada a casa.
1– Deberíamos en este momento acostumbrar al perro a los accesorios (juguetes por ejemplo), mobiliarios (coche, cuna) y demás artículos que comienzan a llegar a casa para recibir al bebé.
La forma es sencilla, el perro debe ver y oler lo nuevo y debemos reforzar de forma positiva (caricias o golosinas) cuando se comporta de forma tranquila.
A su vez es importante comenzar de a poco a mover el coche como cuando lo haríamos con el bebé y también se le dará recompensas por su conducta calma.
Si se pone nervioso volvemos al punto inicial y probamos mas tarde de forma más progresiva.
2– Aunque parezca raro, debemos evitar los tonos de voz que usaremos con el niño ya que ello puede confundir al perro. Esos tonos resultan un estímulo , pero cuando llegue el bebé no serán dirigidos a él y eso puede confundirlo.
3– Existen en internet grabaciones de llantos de bebé que se podrán comenzar a utilizar a modo de sonido ambiente pero cuando se hace, se le da alguna comida rica al perro de modo tal que cuando el bebé realmente llore no resulte una novedad o miedo sino que lo asociara con un episodio que lo beneficia, en este caso comida.
4– Es necesario practicar o resulta útil practicar órdenes de obediencia básicas como ven, sentado, etc, simplemente para lograr un control sobre el animal en situaciones que pueden sobrepasar su tranquilidad.
5– La postura que tendremos cuando el bebé este en nuestros brazos será distinta a la normal y eso al perro le causará al menos cierta intriga. Por lo tanto no está de más actuar con un muñeco las mismas posturas que sucederán realmente y cuando lo hacemos, se le ordena al perro que se siente y premia.
Seguramente al principio se excite pero no debemos castigarlo, sino que debemos dejar que explore la situación y una vez calmado, premiarlo por ello.
6– Previo al nacimiento ( unos días) debemos reducir la atención hacia él, solo ejercitando las practicas de obediencia. Buscamos así que el cambio no sea tan brusco y no relacione esto con la llegada del bebé.
Durante el nacimiento
1– Evitar que el perro pase mucho tiempo solo, si esto no es posible quizás buscar un familiar que lo pueda alojar por algunas horas resulta útil.
2– Llevar a nuestra casa alguna ropa que el bebé haya usado, sea una manta, media, etc, y dejar que el perro lo huela premiando la calma. De esta manera empezamos a relacionar el olor del bebé con buenas experiencias
1– Debido a que el perro no ha visto a su dueña por un tiempo es adecuado intentar que el primer encuentro sea dentro lo más calmo posible. Sacarlo a pasear mientras que ella llega a casa puede ser una buena opción.
2– El primer contacto de la nueva mamá con el perro debe hacerse sin el bebé, no olvidemos que el perro estará ansioso por el tiempo que paso sin verla. De esta manera evitamos posibles accidentes por exceso de cariño debido al tiempo sin verse.
3– Luego de la presentación, otra persona deberá acercar al bebé a donde se encuentra la madre y el perro. Es bueno tenerlo con correa ya que nos permite un mejor control. Es normal que el perro se interese por el bebé y debemos dejar que lo huela, siempre calmado y premiando ese comportamiento.
4– Si el perro no está interesado o se esconde no debemos obligarlo a la interacción. Dejaremos que se habitúe a la presencia de forma paulatina.
5– Los primeros contactos deben ser cortos pero efectivos, cuando el perro deja de concentrarse o pierde interés es mejor dejar los ejercicios para más adelante.
Claves:
Como dijimos al principio, para que el perro asocie al bebe con experiencias agradables se le debe brindar juegos, premios y los mejores mimos solo cuando se encuentra con él. Sin éste, el perro deja casi de existir para los demás integrantes de la familia.
Aunque nuestro perro sea el mejor ejemplo de todos y parezca el hermano mayor de nuestro bebé, nunca se debe dejar solo con el bebé. Si no hay adultos se deberá confeccionar algo que los mantenga separados.
Este artículo tiene el fin de explicar de forma resumida algunas estrategias para lograr un vínculo adecuado, pero los vínculos muchas veces son individuales y no generales por lo tanto resulta necesario asesorarse con un profesional Veterinario. Simplemente sepamos que existen formas correctas de actuar para que la llegada de un bebé sea traducida en un nuevo integrante y no en un nuevo problema.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
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