En uno de nuestros artículos ya expuestos hablamos sobre efectos y medidas preventivas de los fuegos artificiales que se acercan en estas fechas.
No obstante en estas fechas comienza a tomar protagonismo otro factor que aunque silencioso puede causar malestar, enfermedades y hasta la pérdida de nuestra mascota. Hablamos del sol y sus repercusiones si no tomamos las medidas adecuadas.
Vamos a centrarnos en un tipo de problema que comúnmente se presenta en la clínica pero aún hoy resulta difícil incorporar a nuestro paquete de datos preventivos.
Comenzaremos entonces a descubrir, entender y aprender a prevenir lo que comúnmente se conoce como Golpe de Calor, hipertermia o insolación.
¿Qué significa?
Es una elevación de la temperatura corporal que supera la capacidad de los mecanismos que tienen tanto perros como gatos para compensar ese aumento y así poder eliminarlo
O sea, sin aviso el organismo se ve sobrepasado por el aumento de temperatura y comienza a funcionar mal, al punto tal de generar daños en todos sus sistemas y órganos vitales llegando incluso a la muerte.
¿En quiénes se produce?
Este proceso aparece en aquellas mascotas que son expuestas a temperatura ambiente elevadas muchas veces con estados de estrés significativos por ambiente reducido, espacio cerrado, dentro de un auto, etc.
Los perros no tienen la capacidad de disipar calor de su cuerpo por medio de la sudoración como nosotros o al menos la tienen bastante disminuida. La mayor fuente para eliminar el calor corporal es el jadeo y un pequeño porcentaje lo hace a través de la sudoración en sus almohadillas plantares (patas) y nariz, siendo estas dos últimas insuficientes como único medio de disipar el calor.
Si a esta información le sumamos un entorno ambiental adecuado como para que exista realmente una temperatura elevada, llegamos a un golpe de calor.
Estos factores se pueden resumir en:
– Altas temperaturas o temperaturas moderadas luego de días sofocantes
– Humedad elevada
– Balcón, patio pequeño o azoteas
– Poca disponibilidad de agua
– Dejarlo en el auto
– Falta o escasa sombra
– Mala ventilación
– Suelos de cemento
A su vez existen factores que pueden contribuir a la aparición del cuadro que son propios del animal. Los que se destacan son:
– Animales muy jóvenes o muy viejos
– Obesidad
– Color de piel (los negros absorben más calor)
– Enfermedades cardíacas o respiratorias
– Estrés
– Ejercicios en horas inadecuadas
– Razas: los braquicéfalos (entiéndase Boxer, Bulldog) están más predispuestos debido a la conformación anatómica del aparato respiratorio. Gatos persa por su pelaje. De todos modos cualquier raza de perro y gato corre riesgo de presentar este problema si es expuesto a las condiciones antes mencionadas.
– Bozal. Si bien en algunos países es obligatorio, sepamos que si salimos en horarios de mucho calor con el perro y su bozal, éste disminuirá la posibilidad del jadeo y con ello aumentaran las chances de una hipertermia.
¿Cómo darnos cuenta que estamos frente a un golpe de calor?
La temperatura corporal normal de los perros es de 38-39ºC y en los gatos 38,5-39º C (aproximadamente).
Los síntomas del golpe de calor comienzan a aparecer superado estos valores y cuando llega a los 42ºC, los daños tanto a nivel celular como orgánicos pueden ser irreversibles
Los síntomas van desde:
– Decaimiento o falta de fuerzas
– Temblores musculares
– Mucosas de color azul o morado
– No quiere moverse y si lo hace se desplaza como tambaleándose
– Saliva espesa
– Respiración dificultosa o aumentada
– Aumento de la frecuencia respiratoria
– Vómitos y diarrea
– Convulsiones
Estudiándolo más a fondo puede presentar:
– Insuficiencia hepática
– Insuficiencia renal
– Hemorragias gastrointestinales
– Edema cerebral
¿Qué hacer en estos casos?
Debido a que es una urgencia médica debemos llamar al médico Veterinario de inmediato. Mientras lo esperamos o si nos dirigimos nosotros a la clínica, podemos empezar a actuar para minimizar los riesgos. Recordemos que hay que hacerlo de forma gradual y no pasarnos al otro extremo (hipotermia).
Lo ideal sería:
– Sacarlo de la zona de exposición solar
– Con paños mojados en agua humedecer la zona del cuello y cabeza, no envolviéndolo o tapándolo, sino que con simples toques. Otra opción es usar un pulverizador con agua
– Humedecerle la boca sin forzarlo a beber y si bebe, que no lo haga en exceso
– Colocar paños fríos en nariz, ingle y axilas
– Llenar un recipiente con agua (a unos 20ºC) e introducir sus patas en él.
– Si es posible colocar en las cercanías un ventilador para renovar el aire de forma más eficiente.
Es de vital importancia que sea evaluado por un Profesional, ya que además de la temperatura elevada y sus consecuencias, el animal ha perdido minerales imprescindibles para el normal funcionamiento y deben ser repuestos de forma adecuada y a criterio del profesional.
Debido a que la causa de este trastorno está directamente relacionada con las altas temperaturas, debemos estar atentos o evitar ciertos momentos.
– No dejar al perro o gato en el auto si el día es caluroso, algunos estudios indican que la temperatura puede aumentar 0,7ºC por minuto y si tenemos un día de 30ºC por ejemplo, en 30 minutos ese auto esta casi en los 50ºC.
– Evitar salidas o paseos largos en horarios de extremo calor, o en su defecto hacerlo en lugares con sombra y con agua disponible.
– Si debemos dejarlo afuera por los motivos que sean, pensar en sombras disponibles para todo el día. Muchas veces nos vamos de mañana y tenemos sombra, pero en el transcurso del día ésta se va desplazando a lugares que el animal no puede acceder.
– Dejar siempre recipientes con agua limpia y fresca
– Sacarlo a pasear temprano a la mañana o de tardecita.
– Si viajamos con él en auto, llevar toallas húmedas y agua. Cada tanto refrescarlo
– Darle de comer en horarios de menor intensidad térmica, sea de mañana o a la noche.
– Si salimos con bozal, que las salidas sean fuera del rango de 10 a 18hs. Recordemos que el jadeo es vital para evitar la hipertermia.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
Desarrollado con Bokeh Pro para WordPress