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31 Octubre 2013

¿De qué hablamos cuando nos referimos a sociabilizar a nuestras mascotas?

Muchas veces cuando nuestro perro o gato se comporta de forma inadecuada, le ladra a determinado tipo de personas, se asusta con algunos ruidos u objetos pensamos que ese comportamiento  fue producto del azar y no lo relacionamos a su etapa inicial del desarrollo.

Hoy gracias a diversos estudios sobre el comportamiento animal  sabemos que gatos y perros tienen distintos períodos  en su  desarrollo neurológico y éste  puede ser influenciado por la forma en que nosotros eduquemos a nuestras mascotas.

El período de sociabilización es una de estas etapas – la más importante- y puede ser  cuantificable en términos de edad, tanto en perros como en gatos.

En los perros este período abarca desde las 3  hasta las 12 semanas de edad y en el gato va desde  las 3 hasta  las 9 semanas. Sin embargo no son fechas absolutas y va a depender de la raza, predisposición individual y otros factores.

Si bien el período tiene distintas fechas de finalización en perros y gatos, todos los conceptos vertidos para el caso de los perros, puede aplicarse a los gatos también.

¿Qué es el período de sociabilización?

Este período se caracteriza por un aumento en la conducta exploratoria  con el consiguiente aumento de las relaciones sociales con hermanos y su entorno.

En términos generales, el cerebro y sus conexiones neuronales están listos para recibir todo tipo de información para procesarla y con ella elaborar respuestas adecuadas a los estímulos recibidos. Si pensamos en ejemplos claros, en este período se estarían construyendo las rutas y accesos  para luego poder recibir un tráfico de información acorde a lo construido y así lograr un fluido de transito  estable que le permita interactuar  de forma adecuada  con el entono.

001¿Qué importancia tiene?

En este momento del desarrollo  es necesario  relacionarse  con su especie,  con  humanos y su ambiente, ya que de no hacerlo les será muy difícil a futuro entender y adecuarse a estímulos nunca antes vistos.

Es por ello que cachorros que fueron separados de la madre a muy temprana edad y durante este período no se vincularon con ningún ejemplar de su especie, seguramente serán  temerosos-agresivos con otros perros a futuro. De forma inversa, los que no se vincularon con humanos en este período, seguramente tengan algunos problemas de relacionamiento a posterior.

Este punto es  importante en el caso de los niños, parecería ser que mucha de la información que los animales procesan tiene que ver con estímulos visuales. Resulta obvio que un niño tiene aspectos físicos y sonoros muy distintos a los adultos, por lo tanto no es de extrañar que un perro que no conoció niños en esta etapa, sea al menos temeroso cuando se enfrente con ellos en su etapa adulta

En este punto, debemos tener presente  que no parece ser importante la cantidad de exposiciones que el animal tenga sobre las situaciones nuevas a conocer, sino que lo que importa es la calidad de esa exposición. Dicho de otra manera, debemos asegurarnos que las situaciones sean amigables y no amenazantes, ya que  podemos generar miedos innecesarios que posiblemente terminen en fobias o ansiedad. Por lo tanto si pensamos que relacionar al cachorro con otros perros repetidas veces con repercusiones negativas para sus intereses nos asegura una sociabilización adecuada estamos equivocados. Resulta mucho más útil  presentaciones controladas, armónicas y con beneficios para nuestra mascota aunque éstas no sean muy seguidas.

De todas maneras, pasadas las 12 semanas  de edad nuestras mascotas siguen reforzando y aprendiendo de su entorno. Por lo tanto luego de finalizada esta etapa debemos continuar  trabajando con nuestra mascota

¿Cuándo comenzar?

En general nosotros adoptamos un cachorro aproximadamente a los 45 días de edad, casi en la mitad de su período de sociabilización. De esta manera nos  aseguramos  que  tenga  contacto con sus hermanos y madre al comienzo del período,  logrando así  que se relacione con sus congéneres  y aprenda los códigos de especie que ayudan a modular y controlar las conductas sociales

Al momento de adopción, nuestra mascota estará lista entonces para recibir estímulos controlados que serán rutina corriente en su futuro.

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¿Cómo se realiza?

Luego de asesorarnos con el Veterinario sobre aspectos sanitarios, nutricionales y demás asuntos, podemos comenzar en nuestra casa a sociabilizar al nuevo integrante.

–          Lo primero que debemos hacer es aprender a relacionarnos con él o ella. Clases simples de obediencia como aprender a sentarse resultan útiles y didácticas para ambos y nos aseguran un control sobre el animal en distintas situaciones.

–          Es importante presentarle a todos los integrantes de la casa, sean personas u otras mascotas, de forma amigable y controlada por espacios de tiempo graduales.

–          Si existen niños en la casa, es bueno que se relacionen de a poco, con cierto orden  y no de forma desorganizada. Recordemos que el cachorro  necesita horas de descanso, horas de alimentación y momentos lúdicos, pero no tienen los tiempos y la energía de un niño de corta edad. En el caso de no tener niños en la casa, es bueno recurrir a amigos, familiares o centros didácticos para que se relacionen con ellos.

–          Con el tiempo se puede exponer a distintos objetos como  por ejemplo gorros, paraguas, sillas, coches de bebe, aspiradoras, etc. Se puede simular ruidos intensos con explosiones de globos, primero a distancias moderadas y luego más cerca siempre relacionando los eventos con un beneficio para el animal.

–          Si bien en este período los animales son susceptibles a distintas enfermedades infecciosas, debemos asesorarnos con nuestro Veterinario sobre los cuidados,  vías de contagio y  lugares potencialmente peligrosos  para disminuir las probabilidades de contagio. Subirse al auto, escuchar el ruido del motor, dar un paseo, ir a la feria en brazos por períodos cortos de tiempo, ayudaran a su mascota a entender de a poco el mundo que deberá enfrentar de adulto.

–           Debemos manipular al animal para que éste relacione esos momentos con algo agradable. Tocarle las manos, orejas, ojos serán motivo de recompensas y así nos aseguraremos que en un futuro el animal sea accesible a esas zonas si necesita atención médica.

Dr. Pablo "Ruso" Sehabiaga (25 Posts)

// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).


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