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7 Abril 2014

Acicalado

Si bien el perro es el animal de compañía que más se repite en los hogares del país, el gato ocupa un espacio importante.

Parece lógico pensar que los amantes de gatos busquen con su compañía algunos atributos que el perro no tiene o tiene en menor medida.

El hecho de una cierta independencia a la hora de convivir con un gato permite a los dueños manejar una agenda más laxa de tiempo fuera de casa sin que su mascota se vea perjudicada a corto plazo. Si a ello le sumamos que viven en casas pequeñas, parecerían ser candidatos naturales a optar por un gato como mascota.

Si profundizamos un poco más en los atributos felinos que le da un “plus” a la convivencia con las personas, la higiene es probablemente el más repetido. Éste atributo hace referencias a dos conductas diferentes.

Orinar y defecar en los lugares predestinados para ello es sin lugar a dudas muy valorado por los dueños, pero también la higiene corporal, que se conoce como conducta de acicalamiento, es un punto importante que refuerza el vínculo entre la mascota y las personas.

La conducta de acicalado está directamente relacionada con el cuidado de la superficie corporal del gato. Sin embargo, diversos trastornos tanto conductuales como médicos pueden modificar el tiempo e intensidad de la conducta, interfiriendo con el normal funcionamiento del animal y afectando así su salud.

001¿Cómo se acicalan?

Casi todos estamos familiarizados con la expresión de esta conducta.

Tienen dos maneras distintas de realizarla; una oral donde utiliza sus dientes y lengua y otra donde usa sus extremidades.

Cuando los gatitos tienen aproximadamente 2 meses comienzan a acicalarse por si mismos y en todos los gatos esta conducta tienen generalmente un orden a seguir, empezando por la cabeza, cuello, miembros anteriores, tronco, miembros posteriores y por último la cola.

Si empiezan el acicalado y algo los distrae es muy probable que cuando vuelvan a hacerlo comiencen desde el principio.

¿Cuál es su importancia?

Según algunos trabajos los gatos dedican del 6 al 8% del tiempo que está despierto a realizar dicha tarea.

Ayuda a la perdida de calor en estaciones calurosas. Cuando se acicala, la saliva que queda en el cuerpo se evapora y con ello contribuye a la termorregulación de modo similar que el sudor en nosotros.

Tiene relación directa en la carga de pulgas y ácaros de la piel. En los animales que se les impide realizar esta conducta se evidencia que el numero de ectoparásitos es mayor que los que si lo pueden hacer.

La saliva también ayuda a reducir el riesgo de infecciones ya que ayuda a combatir las bacterias. De hecho se piensa que el lamido de las zonas genitales y de mamas antes y después del parto tiene que ver con esta función.

Uno de los comportamientos más conocidos de los primates es aquel que se realiza entre integrantes de la familia y se traduce en el aseo del cuerpo por parte de otro individuo. Imágenes de monos sacando pulgas de otro mono son bastante conocidas.

En los gatos, esta conducta de acicalamiento también funciona de esa manera. O sea que reforzaría vínculos individuales dentro del grupo.

A su vez esta conducta sirve para disminuir tensiones o frustraciones. Por ejemplo cuando el gato comienza a realizar un acto- sea éste perseguir un juguete o un ratón- y no logra el objetivo, para y comienzan a lamerse para liberar la energía acumulada que se vio interferida.

Los gatos son especies que nacen no del todo desarrolladas, por lo tanto el lamido por parte de la madre estimula el crecimiento de los gatitos.

Cambios en su duración e intensidad.

Si el gato deja de acicalarse o disminuye notoriamente este comportamiento, puede estar indicándonos un problema de adaptación con el ambiente o la presencia de alguna enfermedad.

Un acicalado excesivo por el contrario puede indicarnos trastornos de tipo obsesivos producto posiblemente de situaciones de estrés crónicas.

Por todo lo antes mencionado es importante tener en cuenta que acicalarse no solo hace referencia a un problema de piel, sino que existen muchos factores que condicionan la conducta y son importantes para la calidad de vida del animal.

Acicalado anormal.

Cuando el veterinario descarta cualquier alteración en la piel que pueda explicar la conducta de acicalado excesivo que incluso lleva a la perdida abundante de pelos y a lesiones en la misma, podemos pensar en un desorden en la conducta que explique el problema.

Técnicamente se le denomina alopecia psicogénica y se manifiesta como un aseo excesivo por un lamido repetitivo o como mordisqueos excesivos en el área afectada.

Muchas veces el problema es tal que afecta el normal comportamiento de nuestro gato, o sea, no realiza otra cosa que acicalarse. Puede afectar zonas específicas del cuerpo como las extremidades, el abdomen o el flanco o bien cubrir grandes zonas del cuerpo.

El estrés, la ansiedad, frustración o condiciones ambientales incorrectas pueden ser causas que inicien la conducta. Con el tiempo, si no se mejoran las condiciones y se trata el problema, el gato puede manifestarlo independientemente de donde se encuentre.

El problema es que con el tiempo esta conducta genera placer debido a desordenes en su sistema nervioso central y por ello cada vez lo realizara con más intensidad y por más tiempo, reforzándose y generando un círculo vicioso difícil de erradicar.

¿En quienes ocurre?

Esta conducta aparece en gatos de cualquier edad, raza y sexo, aunque estudios indican que los gatos siames y otras razas asiáticas son más propensos.

Factores que contribuyen a que se manifieste:

En general los dueños de mascotas que tienen este problema relatan que su gato pasa mucho tiempo acicalándose, masticando y arrancándose el pelo. Al principio – si el dueño castiga al animal cuando lo hace- el gato se esconde para realizar sus aseos.

Los cambios en el entorno y en las rutinas son factores que se repiten cuando se buscan las causas de la conducta. Mudanzas, nuevos integrantes en la casa, cambios en horarios que aumenten los tiempos de aislamiento y soledad en la casa son alguno de ellos.

Aunque es un comportamiento patológico que esta descripto en los gatos, resulta clave el asesoramiento profesional en estos casos.

Si bien esta conducta existe, es más probable que dolencias orgánicas, alteraciones de piel, etc, expliquen la conducta y por ello debemos consultar y descartar.

Una vez realizada la consulta y excluido todas las causas que pueden llevar a un acicalado excesivo, podemos pensar en este problema e instaurar el tratamiento adecuado.

Pronóstico.

Si bien la terapia es a largo plazo, este comportamiento puede en principio controlarse e incluso disminuir su aparición de forma tal de mejorar la calidad de vida de nuestras mascotas.

Se pueden realizar medidas preventivas, apuntando siempre a brindar ambientes apropiados y enriquecidos, interacciones sociales entre el dueño y su gato y realizando siempre los cambios en su entorno de manera paulatina y controlada.

Dr. Pablo "Ruso" Sehabiaga (25 Posts)

// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).


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