A lo largo de la historia los gatos han pasado por numerosas etapas respecto a lo que generan en las personas. Tanto la adoración extrema como el odio absoluto formaron parte de la historia del gato doméstico.
Desde reencarnaciones faraónicas y nexo con los dioses hasta la mala suerte, la brujería y el posible ”representante” de Satanás en la tierra, los gatos lograron mantenerse en pie y llegaron finalmente a ser parte de nuestra vida.
Sin embargo y aunque parezca mentira en los tiempos modernos, el gato y las embarazadas son un tema de controversia, ignorancia, paranoia y misterio.
Toxoplasma Gondii
Este parasito puede ser contraído por cualquier persona que se exponga a sus formas infectantes, pasando inadvertida en la mayoría de ellos.
En las mujeres embarazadas la situación cambia ya que de infectarse con toxoplasma en esta etapa, o reactivarse la infección por problemas en su sistema inmune, puede transmitir el problema al feto por vía placentaria, poniendo en riesgo la salud y hasta la vida del futuro bebé
El objetivo de este artículo no será reemplazar la consulta médica de una mujer embarazada ni mucho menos, pero si intentaremos aclarar algunos puntos respecto a cómo se transmite la enfermedad y la posibilidad real de contagio.
La idea surge luego de mantener una conversación con un médico y evidenciar -al menos eso pienso- ciertas estrategias para combatir la transmisión y contagio que son difíciles de realizar por parte de personas con gatos.
Dentro de las recomendaciones que se manejaban, consideré que una de ellas era sumamente difícil de llevar a cabo:
“Si tienen gatos en casa, lo mejor es deshacerse de ellos”
Aunque no tenga mucha experiencia en el medio, creo que la posibilidad de que una persona arraigada a su mascota se desprenda de ella de un día para el otro es casi nula, sin embargo explicarle cuales son las medidas que debe tomar para disminuir drásticamente los riesgos de contagio aún con el gato en casa creo tiene más éxito.
De hecho, si aconsejamos eliminar el gato y ello no ocurre, tenemos dos problemas; el gato sigue en la casa y la persona desconoce cómo prevenir el contagio.
Sin embargo explicando realmente cuales son las formas posibles de contagio en casa, nos aseguramos que si el gato no se fue, al menos la persona está informada, y así mitigara los riesgos.
Lo mismo debería ocurrir con grupos de personas que se consideran de alto riesgo como los inmunodeprimidos por trasplantes, infectados con HIV, bajo tratamiento oncológico, etc
¿Qué es la toxoplasmosis?
Es una enfermedad infecciosa cuyo agente causal es un parasito llamado Toxoplasma Gondii, que afecta tanto a personas como animales. Dentro de éstos, se incluye un número importante de mamíferos, aves, roedores, etc. Dentro de los primeros, los de consumo habitual como ovinos, bovinos, cerdos, etc, son de importancia epidemiológica.
Esta enfermedad es una zoonosis, por lo tanto puede contagiarse de animales al hombre.
Los gatos (domésticos y salvajes) son los únicos animales donde el parasito produce huevos y es por ello que se lo conoce como huésped definitivo. En las personas y resto de animales, el parasito no produce huevos y se les llama huéspedes intermediarios.
Los gatos adquieren este parasito al comer carne cruda de animales que tienen el parasito alojado (quiste) o cuando ingieren huevos infectantes que otros gatos dejaron en el agua, materia fecal o suelo.
El resto de los animales se contagia al ingerir huevos en las pasturas contaminadas con materia fecal de gatos, o incluso el agua.
En los humanos la transmisión puede darse:
– al ingerir carne mal cocida de estos animales que contrajeron la enfermedad en las pasturas
– ingiriendo agua o alimentos contaminados con huevos (verduras por ejemplo)
– Ingestión de huevos por niños que comen tierra o arena contaminada
– Transmisión congénita.
– Manejo inadecuado de la bandeja sanitaria de gatos y otros objetos
– Transfusión sanguínea
Estas son alguna de ellas, o las más importantes a tener en cuenta, de todos modos es necesario consultar con el médico actuante para asesorarse como corresponde.
A su vez no todas las personas embarazadas tienen riesgo, por ello la consulta es primordial.
¿Por qué decimos entonces que el riesgo de contraer la enfermedad se puede disminuir aun viviendo con nuestro gato?
Una vez que el gato adquiere el parasito, luego de un período variable de reproducción en su intestino, se eliminara por materia fecal huevos de toxoplasma por un tiempo que va desde los 10 a 20 días aproximadamente.
Pero la clave es que estos huevos NO SON INFECTANTES, para ello necesitan de 1 a 5 días de maduración en el medio exterior.
A su vez los gatos no eliminaran huevos toda su vida, en gatos sanos el sistema inmunitario logra eliminar al parasito y con ello la eliminación de huevos. Este proceso ocurre en aproximadamente 15-30 días.
Por lo tanto si tomamos en cuenta que se necesita un tiempo para que esos huevos logren ser infectantes, tomando medidas preventivas adecuadas es muy poco probable que las personas que conviven con gatos tomen contacto con huevos ”peligrosos”.
Prevención.
Para lograr realmente una adecuada prevención deberíamos tener claro las vías de contagio más probables, tanto del gato como las nuestras.
En el gato:
1.- comer carne cruda o visceras de ovinos, caprinos, porcinos, bovinos, etc. infectados, o animales vivos como roedores, pájaros, etc.
2.- ingestión de huevos del suelo, eliminados por otro gato enfermo. Los huevos pueden ser viables por meses o incluso años
Debido a que mi profesión es la Veterinaria, no corresponde que enumere en detalle las vías de contagio en las personas ya que para ello están los médicos. De todos modos eso no quita una responsabilidad social en este caso ya que esta enfermedad está claramente conectada entre animales y humanos.
De hecho creo que el trabajo en equipo ayudaría a disminuir la prevalencia de la enfermedad y al abandono de gatos de forma secundaria.
En el hombre y según numerosos estudios, la forma más probable de contraer el parásito es por consumo de carnes crudas o semi crudas con quistes.
La que le sigue es el consumo de verduras contaminadas y mal lavadas.
Por lo tanto y como conclusiones generales:
– eliminar de la dieta del gato las carnes y visceras, y evitar que salga al exterior.
– limpiar con guantes la bandeja sanitaria dos veces por día de forma tal de asegurarse que los posibles huevos no serán infectantes.
– mantener una rutina de aseo de manos luego del contacto con el gato
– Llevar a su gato al veterinario ante posibles dudas.
Respecto a los perros, ellos no representan ningún tipo de riesgo a la hora de hablar de toxoplasmosis y la convivencia con nosotros.
// Doctor en Ciencias Veterinarias, Facultad de Veterinaria Universidad de la República (UdelaR). // Curso de post graduación en Etología Clínica en Pequeños Animales. // Miembro de la Asociación Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ). // Ayudante honorario de la Cátedra de Caninotécnia (UdelaR). // Columnista del espacio semanal "La mascota y su contexto" en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
Desarrollado con Bokeh Pro para WordPress